Jámara, la herida por donde entra la luz es un montaje cuyo título está inspirado en una palabra de origen sánscrito que significa tanto un arma como una semilla: un término que abarca tanto la muerte como la reconciliación. Para nosotros, es una representación de los efectos trágicos que los discrusos patriarcales y las violencias de género han causado en nuestra sociedad, así como de la necesidad de una sanación y una catarsis colectiva que nos permita construir un futuro más empático, justo y amoroso.
Invitamos a los espectadores (imaginantes) a adentrarse en un laberinto lírico e inmersivo en el que se entremezcla la poesía y el dolor, para explorar las agresiones domésticas y sociales de nuestro país, la necesidad de amor dentro de nuestros círculos familiares, y la importancia de los sentimientos y el abrazo en nuestro mundo material.
Como inspiración lírica para nuestros juegos y escenas, utilizamos algunos de los símbolos y arquetipos de la inmortal novela Cien años de soledad, publicada por el premio Nobel de literatura Gabriel García Márquez en 1967.